El premio Nobel es un reconocimiento de la comunidad científica hacia uno de sus miembros más destacados. Si bien es cierto que este se asigna por un trabajo en particular, en realidad debe considerarse que el Nobel se otorga como un homenaje a una vida dedicada a la ciencia, a su divulgación y desarrollo, por lo que lo importante no es el premio económico (la cantidad nada despreciable de $ 1000000 USD), la medalla (una pieza de oro de 23 K de 200 g de peso y 66 mm de diámetro) o el diploma (una magnífica pieza de papel labrado a mano realizado por artesanos suizos), sino el reconocimiento de la comunidad científica, la distinción que recibe un científico por parte de sus pares en todo el mundo, el que un hombre de ciencia sepa que el trabajo de toda la vida ha valido la pena y la certeza de la trascendencia, el saber que el nombre podrá ser olvidado, pero que el trabajo durará por siempre.
Este año el Nobel fue dividido entre dos grupos de trabajo reconociendo los avances hechos en Inmunología, algo que personalmente me emociona mucho, los ganadores fueron: Bruce A. Beutler y Jules A. Hoffmann, por sus descubrimientos concernientes a la activación de la inmunidad innata, y Ralph M. Steinman, por su descubrimiento de las células dedríticas y su papel en la inmunidad adaptativa.
La Respuesta Inmunológica son los mecanismos de protección y defensa naturales contra las enfermedades y agresiones del entorno; dentro de estos, la inmunidad innata constituye la primera línea de defensa en contra de dichas agresiones, destruyendo a los microorganismos nocivos y estimulando mecanismos inflamatorios que bloquean la diseminación de estos y favorecen la regeneración de los tejidos dañados. La inmunidad adaptativa, por otra parte, se basa en la memoria inmunología generada mediante contactos previos con un mismo agente invasor, de tal forma que al segundo encuentro con un mismo microorganismo, el sistema inmunológico ha desarrollado estrategias protectoras mucho más eficaces y rápidas, resolviendo la agresión en un tiempo más corto y evitando una gran parte de los síntomas presentes en el primer contacto. El trabajo de estos científicos han sido la base indispensable para el entendimiento de estos procesos desde su activación hasta su especificidad y las posibles formas de manipularlo.
En una época donde el futuro de las Ciencias de la Salud es la genómica, la proteómica y la bioquímica celular, el presente se lo debemos al trabajo extraordinario de estas personas, nos hemos parado sobre los hombros de gigantes.
DC Victor Omar Castellanos.
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